8/1/11

Turismo y cultura

PERFIL Y GRADO DE SATISFACCIÓN DEL TURISTA QUE VIAJA EN MÉXICO POR MOTIVOS DE CULTURA


Con el objeto de apoyar el logro del Programa Nacional de Turismo 2001-2006, se ha establecido un programa permanente de medición de resultados, a través del estudio Perfil y Grado de Satisfacción de los Turistas. 

Esta permanente evaluación ha permitido generar una serie histórica de datos que sirve de base para la presentación de un análisis específico de gran precisión sobre la experiencia del turismo cultural que nos visita. 

La metodología de este estudio se basó en la compilación de las bases de datos del sistema Perfil y Grado de Satisfacción del turista, levantadas desde 2001 y hasta 2005, las cuales generaron una muestra de 10,476 encuestas que refieren a su motivo de viaje en México como "Cultura". 

Dentro de los destinos analizados se encuentran: D.F, Cozumel, Cancún, Riviera Maya, Puerto Vallarta, Acapulco, Mérida, Mazatlán, Cabo San Lucas, San Blas, El Rincón de Guayabitos, Oaxaca, Ensenada, Manzanillo, Guadalajara, Ixtapa, Monterrey, San Luis Potosí, Campeche, Aguascalientes, Villahermosa, Tepic, Chiapas, Puerto Escondido y Huatulco. 

Reporte: 
*       Reporte Ejecutivo (ZIP 1.7 Mb.)

29/12/10

Historia de los mercados en México

Numerosos vestigios arqueológicos han demostrado que los olmecas no estuvieron confinados a los litorales del Golfo de México, como antes se creía, sino que llegaron a lugares mucho más distantes en el centro del actual territorio nacional. Estos contactos constituyen los primeros intercambios comerciales de la época prehispánica. Más tarde, dos culturas establecidas –los teotihuacanos y los mayas– llevan a la práctica relaciones formales de comercio.
Con el creciente poderío militar y político de los aztecas se inicia y desarrolla lo que se podría llamar el comercio exterior mexica. Los mercaderes traían a su capital desde remotas tierras valiosos productos como el jade, el algodón, el cacao y los metales preciosos. El oficio de los comerciantes iba a lograr un insospechado desarrollo.
La plaza principal de México, que casi corresponde a la actual, se trazó en la época de Moctezuma Ilhuicamina y en ella se estableció el mercado de la ciudad. Conforme fue creciendo la urbe, ese mercado resultó insuficiente, pues su único acceso acuático para introducir mercancías a la isla era un canal, pues la plaza no era ribereña. Cuando los aztecas dominaron Tlatelolco, construyeron allí el mercado principal, ya que contaba con facilidades de comunicación a través de La Lagunilla, especie de caleta o pequeña bahía en la cual cabían varios miles de canoas.
También había mercados especializados en ciertos productos, como el de sal en el barrio de Atenantitlan, el de perros para comer en Acolman y los de esclavos en Azcapotzalco y en Iztocan.
Hoy en día, en pleno siglo XXI, casi todos los mercados tienen un altar con una imagen de la Virgen o de Cristo; esa religiosidad tiene viejas raíces que rebasan la tradición católica, pues también los prehispánicos ponían aras allí para honrar a sus dioses.
Al llegar los españoles quedaron fascinados ante la visión que ofrecían los mercados nativos, que eran al aire libre, o sea tianguis. En el siglo XVI hubo pocos cambios en los mercados. Los comerciantes indígenas traían y llevaban mercancías dentro del extenso territorio de lo que fue el imperio azteca. Continuaron vendiéndose productos autóctonos, a los que se adicionaron algunos provenientes de España, sobre todo manufacturas. Las semillas de cacao siguieron fungiendo como moneda, a la par que las metálicas que se empezaron a acuñar; el cacao conservó su valor monetario hasta principios del siglo XIX.
A partir de 1580, con el pósito y la alhóndiga, la intervención del gobierno en la comercialización de granos básicos es abierta. Por su parte, el clero empezó a cobrar importancia como productor de alimentos y en los dos siglos siguientes llegó a ser muy poderoso. La preponderancia comercial de los españoles civiles y religiosos no eliminó a los indígenas.
En 1703 se inaugura El Parián, mercado ubicado dentro del Zócalo capitalino. 1778 marca el inicio de la apertura comercial española: se termina con el sistema de flotas exclusivo entre Cádiz y Veracruz, abriéndose el comercio para otras doce ciudades hispanas. No obstante, el uso de otros puertos mexicanos además de Veracruz se dio hasta 1820.
Al finalizar el periodo virreinal, la actividad comercial capitalina tenía como centro la Plaza Mayor y contaba con El Parián, los portales de Mercaderes, las Flores y la Diputación, además del mercado de El Volador, donde hoy está la Suprema Corte de Justicia.
En el siglo XIX continuaba la cacería de aves acuáticas en los lagos del valle, calculándose que los capitalinos consumían cerca de un millón de patos anuales. El mercado de Tlatelolco ya había cedido su preeminencia al de San Juan.
Durante el siglo XIX hubo un creciente deterioro en materia de abasto de alimentos, derivado de las convulsiones políticas. El porfiriato, aunque fue una era dictatorial, trajo consigo mejores condiciones para el comercio. Es cuando empiezan a surgir los tendajones o estanquillos.
En 1850 se inaugura el nuevo mercado de San Juan o Iturbide. En 1863 se edificó el mercado de La Merced, junto a la acequia mayor. El puente de Roldán era el muelle del canal de la Viga donde desembarcaban las mercancías provenientes de Xochimilco, Chalco y Texcoco. En 1893 abre el mercado de la Lagunilla.
Aunque la desecación de los lagos del valle de México estaba muy avanzada a mediados del siglo XIX, todavía se les aprovechaba para la transportación acuática de mercancías hacia la ciudad.
La Revolución Mexicana trajo consigo gravísimos problemas, uno de los cuales fue la brusca disminución en la producción agropecuaria, tanto por la falta de mano de obra, como por el abandono de las haciendas por parte de sus propietarios. También afectó al comercio, pues la dificultad en las comunicaciones impedía el flujo normal de las mercancías.
Durante la primera mitad del siglo XX no se construyeron más mercados sino que empezaron a proliferar en las nuevas colonias y fraccionamientos los estanquillos o misceláneas y las verdulerías. En los años cincuenta el gobierno empezó a sustituir numerosos mercados, que eran barracas de madera y lámina, por edificaciones modernas. López Mateos construyó 88 mercados en la ciudad de México.
El mercado de La Merced empezó su gran auge como centro introductor y distribuidor mayorista desde la época colonial, pues allí estaban los embarcaderos a donde llegaban las mercancías por la vía fluvial, pero su excesivo crecimiento en el siglo XX provocó grandes problemas de salubridad, seguridad y congestionamiento de vehículos. A esto se debió que en 1982 el mercado mayorista se trasladara a la nueva Central de Abastos de Iztapalapa.
La situación actual del comercio al menudeo en las ciudades mexicanas ofrece un contraste muy marcado: por un lado está el pequeño comercio –ineficientes misceláneas y expendios de abarrotes que venden a precios muy elevados- y por el otro están las modernas cadenas de autoservicio surgidas en la segunda mitad del siglo XX.
Los mercados sobre ruedas se iniciaron en 1969 como una solución para combatir el intermediarismo. No se puede decir que este intento haya sido del todo afortunado, pues con frecuencia no son productores agrícolas quienes expenden allí sus mercancías.
En todo caso -y para nuestra fortuna- aun subsisten los tradicionales mercados mexicanos. Los tianguis de provincia no difieren mucho hoy en día de los que había en la época prehispánica.
Siguen siendo notables algunos mercados capitalinos: para frutas y verduras, carnes y mariscos, el de San Juan, uno de los más finos y bien surtidos del mundo; el mercado que continúa en La Merced para menudeo; el de Xochimilco y el de Jamaica son famosos por la cantidad y variedad de sus productos; el de la nueva Viga que se especializa en pescados y mariscos, el Sonora, donde se consiguen animales vivos y toda clase de hierbas medicinales; el de La Lagunilla con gran surtido de muebles, y el de Tepito, de antigüedades.

Fuente: Red Nacional de Información Cultural

14/12/10


  
Denominación de origen Café Veracruz
Denominación de Origen Café VeracruzLa esencia de una Denominación de Origen es la estrecha relación entre la tierra, el agricultor y su producto. Es el conocimiento que tiene el campesino de su tierra, del clima de su región y de las labores que ha de realizar para obtener un producto de alta calidad a nivel mundial.
Un mecanismo innovador de diferenciación para la producción del café son las Denominaciones de Origen (DO), concepto que anteriormente había sido desarrollado en Francia para el caso del vino. Una Denominación de Origen se define como: “[...] el nombre geográfico de un país, de una región o de una localidad que sirva para designar un producto originario del mismo y cuya calidad o características se deben exclusiva o esencialmente al medio geográfico, comprendidos los factores naturales y los factores humanos”. Esta nueva estrategia productiva se ha gestado en el estado de Veracruz mediante el proceso de Denominación de Origen del Café Veracruz. Como referencia, un caso exitoso para una Denominación de Origen mexicana es el Tequila, sinónimo de una bebida de alta calidad comercializada y reconocida a nivel mundial y sobre todo a nivel nacional.


El objetivo de la Denominación de Origen del Café Veracruz es ofrecer al mercado nacional e internacional un café con calidad certificada, desde su cultivo hasta el grano procesado, asegurando de esta manera, las propiedades desde su origen y la suprema calidad del producto veracruzano. Por supuesto, este objetivo no puede ser logrado sin las organizaciones de productores que integran la cadena productiva, beneficiadores del grano y tostadores comprometidos con la honestidad, equidad y calidad en su producción.
La cafeticultura veracruzana es históricamente, desde que el café ingreso a México por sus costas y hasta la actualidad, una de las principales actividades agrícolas del Estado. Es una importante fuente productora de divisas y al mismo tiempo es un eje rector para las dinámicas sociales. Ahora, en tiempos de una alta transformación de los sistemas naturales y de cambio climático con sus efectos evidentes, la cafeticultura veracruzana es uno de los “pulmones” para Veracruz. Además de ser uno de los pocos reservorios para la biodiversidad, los recursos naturales, la protección de las cuencas altas y por ende, de las partes bajas de la cuenca y litorales.
La calidad del café veracruzano es inigualable ó única y en varias ocasiones ha sido galardonada a nivel internacional. Algunas regiones como Coatepec, Huatusco y Córdoba son reconocidas por su larga tradición cafetalera, sin embargo por diversas razones y desatenciones, ese reconocimiento no se ha consolidado a nivel internacional como lo han hecho los cafés colombianos, guatemaltecos, costarricenses, etíopes y kenianos, por mencionar algunos. Aparte de las ya mencionadas, en total en nuestro territorio existen diez regiones productoras de café de alta calidad, que deben ser atendidas, estudiadas y desarrolladas productivamente.
En esta estrategia de desarrollo, el papel del Consejo Regulador del Café Veracruz A. C., es de ahora en adelante, “la mano amiga” del productor que lo ayude a valorizar su producción y transitar desde un café genérico, sujeto a las crisis recurrentes de los precios internacionales, hacia una diferenciación de la producción por su calidad desde el origen, que sea sostenible económicamente , sustentable en términos de conservación de los recursos naturales y que con estas acciones, se dignifique a la cafeticultura de Veracruz.
En cuanto al marco legal, la Denominación de Origen Café Veracruz es propiedad del Estado Mexicano y es el responsable de proteger el nombre "Café Veracruz" a nivel nacional e internacional, contra su mal uso por parte de personas de otras zonas geográficas o de aquellos que los ostenten sin cumplir con la calidad requerida. Una denominación de origen, es un tipo de propiedad intelectual que sirve para proteger el producto elaborado en una determinada zona geográfica y que por factores naturales o humanos es único y diferente del que se podría obtener en otras partes del mundo.

13/12/10

Xalapa


"La naturaleza ha enriquecido a la provincia de Veracruz con los productos mas preciosos... Xalapa, al pie de la montaña de basalto de Macuiltépetl, en situación muy amena. El convento de San Francisco... aparece de lejos como una fortaleza... En este convento se goza de una vista magnífica, decubriéndose desde él los picos colosales del Cofre y de Orizaba, la falda de la cordillera hacia el Lencero, Otates y Apazapa, el río de la Antigua y el Océano."
"El cielo de Xalapa, hermoso y sereno en verano, inspira melancolía desde el mes de Diciembre hasta el de Febrero; cada vez que el viento del norte sopla en Veracruz, una espesa brumazón envuelve a los habitantes de Xalapa."

Alexander von Humboldt, Xalapa, Veracruz.